Botox, cuando sí y cuando no

El Botox se ha convertido en un instrumento muy popular en los últimos años para diferentes tipos de tratamientos estéticos y de medicina general. El Botox es como se conoce más comúnmente  a la toxina botulínica del tipo A. Una neurotoxina producida por una bacteria que produce el botulismo.

El botulismo produce parálisis muscular por lo que esta aplicación se considera beneficiosa para el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y algunos casos de medicina estética.

Aplicaciones del botox en medicina

El botox puede utilizarse en casos de estrabismo, migrañas, hiperhidrosis (sudoración excesiva de partes del cuerpo como las axilas) o para tratar la incontinencia urinaria en parapléjicos.

Aplicaciones estéticas del Botox

Sin embargo cuando hablamos del Botox resulta más conocida su vertiente de uso estético. El botox corrige las arrugas de expresión facial como las patas de gallo, el entrecejo o las líneas de la frente que producen una apariencia más envejecida en las personas.

Sus ventajas son que evita la cirugía para conseguir los resultados deseados en cuanto a la firmeza de la piel, se puede aplicar en cualquier época del año y se trata de una técnica poco invasiva e indolora.  Sus efectos son inmediatos y suelen prolongarse hasta los nueve meses según el paciente y el profesional al que se encargue el tratamiento. Además es poco frecuente que se produzcan reacciones a la aplicación del botox.

La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja de la toxina en el músculo de la zona que se desea tratar. Para facilitar el que el paciente no tenga molestias ni dolor se suele aplicar en la zona una pomada anestésica o hielo. En un periodo de entre 7 y 10 días después del tratamiento los resultados son más que perceptibles.

Cuando no es recomendable

No se debe aplicar cuando se está embarazada o durante la lactancia. Se desconoce el impacto real que puede tener en la leche materna.

Tampoco se debe utilizar para rellenar labios. No se trata de un tratamiento para dar volumen sino paralizador por lo que un uso de este tipo no es ni siquiera lógico.

Sin duda un buen  profesional desaconsejará estos usos. Además los centros estéticos que quieran aplicar el tratamiento con botox deben estar reconocidos por el ente público sanitario. En Valencia el Instituto Médico González Fontana cuenta con la aprobación de la Conselleria de Sanitat para el uso estético del Botox.

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