La abdominoplastia es un tipo de cirugía que se realiza para extirpar el exceso de piel y la grasa abdominal. También se utiliza para corregir la flacidez muscular.
Conseguir un abdomen plano y bien tonificado es el deseo de muchas personas. Un anhelo difícil de conseguir; a veces ni a través del ejercicio y la dieta se puede lograr. Incluso las personas con un peso corporal y unas proporciones normales pueden desarrollar exceso de volumen y grasa en la zona abdominal. Las causas más comunes son:
- Envejecimiento
- Herencia genética
- Embarazo
- Fluctuaciones significativas en el peso
Lo que no se consigue a través de una abdominoplastia
La abdominoplastia no es una intervención para perder peso (aunque se pierden kilos al eliminar la piel sobrante y el tejido adiposo); tampoco sustituye al ejercicio físico. Es una operación que busca perfeccionar el contorno corporal y la figura.
No debe ser confundida con una liposucción (la cirugía estética utilizada para eliminar depósitos de grasa), aunque el cirujano puede optar por realizar la liposucción como parte de una cirugía estética de abdomen.
Aunque los resultados de la abdominoplastia son duraderos, no hay garantías en cuanto a la posibilidad de que un paciente aumente de peso después de la intervención. Los resultados de la abdominoplastia pueden disminuir en gran medida por las fluctuaciones significativas en el peso. Por esta razón, se aconseja posponer la cirugía si se está planeando una pérdida de peso sustancial o un embarazo.
Candidatos ideales:
En general, un buen candidato debe cumplir los siguientes requisitos:
- Personas con buena salud y peso estable
- Candidatos que tienen expectativas y metas realistas
- No fumadores
- Mujeres que tienen los músculos y la piel estirada por embarazos
- Personas que eran obesas en un momento de sus vidas y que todavía tienen depósitos de grasa excesiva o piel suelta en la zona abdominal
- Candidatos que hayan decidido realizarse la intervención por uno mismo, por voluntad propia y no por agradar a alguien