El Botox y ácido hialurónico son las sustancias más populares para rejuvenecer sin necesidad de pasar por el quirófano.

Las revistas de actualidad y belleza, internet y la televisión han permitido un conocimiento mucho más amplio de estas técnicas entre la sociedad. Sin embargo, no está de más dejar claro cuáles son las bondades y diferencias de cada una de ellas. La decisión de utilizar una y otra, dependerá de lo que la piel necesite.

Ácido hialurónico: Alisa las arrugas aportando volumen

  • ¿Qué es el ácido hialurónico (AH)?

El ácido hialurónico, reconocido como la sustancia de elección para rellenos faciales, es una molécula de textura viscosa producida naturalmente por el organismo, presente de forma principal en nuestras articulaciones, huesos y piel.

Su función consiste en estimular el colágeno, retener el agua, aportando hidratación y volumen.

  • ¿Qué se consigue con su aplicación?

Aunque tiene diferentes usos, el ácido hialurónico empezó a utilizarse en estética desde 1996, convirtiéndose en uno de los tratamientos anti edad más demandados.

El ácido hialurónico es el método de infiltración de arrugas más utilizada, dada la seguridad que ofrece. Este gel se aplica mediante microinyecciones directamente en la piel, permitiendo remodelar la forma y el contorno de los labios y, el rostro, otorgándole así, volumen en las zonas afectadas por el proceso de envejecimiento.

El ácido hialurónico también permite rellenar surcos y arrugas estáticas, aquellas que son más profundas y visibles.

Además, dependiendo de las diferentes reticulaciones y calidades, y según la zona, se recomendará la aplicación de un ácido u otro. Esta sustancia puede aplicarse en toda la cara, como el tercio inferior y el tercio superior, así como el cuello, escote y manos.

El Botox o Toxina Botulínica: Detiene las arrugas

  • ¿Qué es el Botox?

Botox es la marca comercial utilizada para referirse habitualmente a la Toxina Botulínica A, más conocida en el mundo.

La Toxina Botulínica A es una proteína que tiene la capacidad de relajar temporalmente un músculo o parte del mismo para atenuar las arrugas de expresión, aquellas que se forman con el rostro en movimiento.

  • El Botox con fines estéticos

Se trata de una técnica poco invasiva, rápida e indolora, con efectos inmediatos y que suelen prolongarse hasta 9 meses. Se aplica mediante microinyecciones directamente en el musculo responsable de la formación de la arruga, y al relajarlo por un tiempo, previene la aparición de nuevas arrugas de expresión.

Solo puede utilizarse en la parte superior de la cara, es decir, frente, entrecejo y patas de gallo.

Su correcta aplicación disipa las arrugas, levantando la mirada, y dando una sensación de bienestar y enérgica al rostro.

  • El Botox, más que un recurso estético

El Botox también se utiliza con fines terapéuticos y ayudar a la gente a combatir diferentes enfermedades. De hecho, uno de los usos terapéuticos más extendidos de esta sustancia es la incontinencia urinaria por vejiga hiperactiva. Otros de los usos del Botox son para combatir la migraña crónica, tics hasta contracturas musculares.

Si quieres rejuvenecer tu piel y conseguir un aspecto más joven, los últimos tratamientos cosméticos, el Botox y el ácido hialurónico, te ayudarán a conseguirlo.